- EL ARGUMENTO DE LA OPERA -

Siendo Polibio cabeza de una facción de un Egipto que se fulminó tras la deposición de un monarca de aquella corona, prevaleciendo el poder contrario, le fue necesario retirarse con una hija única llamada Cirene, llegando a Beocia. Por caminar más oculto, dejó en una rústica aldea de aquel país a Cirene, hasta que encontrase un puerto seguro para su errante fortuna. Llegando a Flegra, ciudad del archipiélago, fue recibido por El Rey Punto, con distinción en las estimaciones, mandándolo otra vez a Beocia para que trajera a la hija de aquel monarca - también llamada Cirene - para ser la esposa de Nereo, su hijo. En Beocia, Polibio se enteró que hacía poco la princesa había fallecido, por lo cual éste, incitado por la ambición de ver coronada a su hija y a escondidas de la embajada - condujo a su hija a Flegra para que ésta fuera esposa de Nereo, afirmando ser la hija de El Rey de Beocia.

Al mismo tiempo llegó Dórida, o Doris, hija de El Rey de Egnido, para ser la esposa de Proteo, también hijo del Rey Punto. Sin embargo Proteo, excesivamente estimulado por la hermosura de Cirene y valiéndose de las variedades de sus formas - privilegio que le concedieron los dioses -, intentó al extremo persuadirla de su amor. Polibio le había prohibido a Proteo intentar el himeneo de su hija, por lo que Proteo quiso matarlo. Casualmente el golpe lo recibió Cirene, tratando de impedirlo; y siendo encontrado el puñal en la mano de Polibio, fue condenado éste al sacrificio de Astrea y, para mostrar su inocencia y evitar que la víctima muriera, fue necesario que Cirene declarara que Polibio era su padre. Viendo Nereo el engaño y llevado por la altivez de su genio, repudió a Cirene y esta fue recibida por Proteo, estimando como suerte el mismo engaño. De esta manera Dórida quedó como futura esposa de Nereo, y ambos hijos del rey satisfechos por el cambio de esposas.

Sirven de episodio a esta obra las variedades y transformaciones de Proteo para conseguir favores de Cirene.

 

- Arriba -